1. Amo los caramelos masticables, los rellenos de líquido y los toffes.
2. Amo los gatos por encima de cualquier ser viviente.
3. Amo el olor a libro.
4. Amo no tener nada que hacer.
5. Amo hacer una traducción perfecta, sencilla y rápida.
6. Amo cómo huele el tinte.
7. Amo el brócoli.
8. Amo el agua ardiendo en la ducha.
9. Amo los 80, la new wave, el glam y sus horteradas correspondientes.
10. Amo las pelucas, si perdiera el pelo llevaría cada día una distinta.
11. Amo dormir.
12. Amo pegar la piel al radiador hasta no aguantar más.
13. Amo que me duela la mano después de hacer un examen.
14. Amo ser zurda.
15. Amo el teatro.
16. Amo disfrazarme y hacer el disfraz.
17. Amo dibujar, escribir, pintar y moldear.
18. Amo masticar hielo.
19. Amo que me rasquen la espalda.
20. Amo a la gente que ama la música.
21. Amo perder muchísimo tiempo leyendo.
22. Amo todas las frutas rojas, fresas, cerezas, ciruelas, frambuesas, sandía y grosellas.
23. Amo el perfume o el desororante de hombre.
24. Amo andar descalza todo el día.
25. Amo los relojes infantiles, con dibujitos en vez de numeros y de colores.
26. Amo a los hombres que se travisten, es genial.
27. Amo el arte corporal.
28. Amo las ceras, se deshacen en la mano y pintan por todo!
29. Amo las calzas.
30. Amo las bañeras.
31. Amo vestir con ropa de hombre.
32. Amo los tacones, arg, son geniales.
33. Amo cocinar y sobretodo que a la gente le guste lo que he cocinado.
34. Amo bucear, el mar y sus ecosistemas son lo más bonito de toda la tierra (except cats).
35. Amo viajar, me encanta ir en avión.
36. Amo recibir correo físico, es súper emocionante.
37. Amo vivir en desorden.
38. Amo la historia, el arte, la filosofía y la filología clásica.
39. Amo las bicicletas.
40. Amo el tiempo de Santiago, es perfecto.
41. Amo las verduras crudas que cuando las muerdes crujen.
42. Amo la aleatoriedad.
43. Amo colgarme bocabajo.
44. Amo encontrarme con gente conocida en sitios remotos.
45. Amo los botes.
46. Amo el reggae.
47. Amo la canela.
48. Amo Italia de Roma para arriba.
49. Amo aprender lenguas.
50. Amo las fotografías enormes.
No siempre tienes lo que quieres, prácticamente nunca está uno satisfecho. Siempre estás siguiendo algo. Puedes tener los pies en el suelo, pero qué satisfacción es volar, desdibujar. Nada demasiado improbable, tan sólo pequeñas cosas que guardas. Pequeñas cosas que piensas en el momento en en el que te acuestas.
Si no es el influjo de la noche, es el sueño, buscas, dependiendo de tu estado anímico, volar o enterrarte. Si decides enterrarte es mejor dormirse pronto, aunque no es la vía más rápida y si decides volar... acabarás durmiéndote (incluso en contra de tu voluntad) pero con una sonrisa.
Teniendo siempre los pies en el suelo, considerando la estabilidad un medio para conseguir absolutamente cualquier cosa, que te implanten el idealismo puede ser duro. Sobretodo si te has estado oponiendo a ello durante toda tu vida, cuando te ha parecido siempre humo, una teoría intangible.
Es agradable empezar a ser un poco idealista, pero es contagioso y sobretodo venenoso.
Empiezas a exigir más de lo que solías obtener, empiezas a ver carencias donde había abundancia y deforma tu visión de lo que era la realidad, tu vida se convierte de repente en un cuadro romántico esperando que todo sea loco amoeno.
Tendrá cerca de 60 años, siempre va encorvado, lleva unas gafas enormes medio oscurecidas, conserva genial el pelo, tanto que no sabes dónde tiene más si en el cuero cabelludo o en las orejas y siempre viste con unos chalecos de punto al igual que mi abuelo y cuando habla suele cerrar los ojos y asentir. Es un hombre de verdad, entrañable.
Sentada sobre su culo, una larga camisa, con frío entre los muslos.
Cierra los ojos pero no le ayuda a pensar. Del suelo sale una mano. En seguida la agarra con fuerza sintiendo que tira de ella. Con su cuerpo hace palanca mediante sus piernas para aguantar el tirón.
Está sacando mínimamente el cuerpo del agujero, aunque es un suplicio. Estira y a la vez cae.
Sus fuerzas no bastan y resbalan sus manos. Cae hace atrás, apoyada de espalda.
Bocarriba, exhausta, de pronto está en algún lugar. Está muy cerca de alguien, sólo ve las líneas de unos labios algo secos. Sin duda es un hombre. Está encima de una balsa, o algo flotante, sólo siente el ritmo de lo que le balancea.
Agarra una mano y estira rápidamente.
Rápida y concisa. Tranquilidad.
Ya no hay agujero, porque éstos son el reflejo de un mal estirón.
Un descosido de desgaste. Falta de repuesto.
1. Odio que se me pudra la comida.
2. Odio pisar con pies descalzos suelo mojado.
3. Odio tener hambre y no tener nada que me complazca.
4. Odio tener mucho sueño y que no me dejen dormir.
5. Odio tener tanto sueño que no pueda acabar de leer algo que no puedo soltar.
6. Odio que me llamen por teléfono para nada en concreto.
7. Odio el olor de la carne cruda, preferiría ponerme perfume de pescado fresco.
8. Odio a las chicas que se quitan en exceso las cejas.
9. Odio no ser pelirroja natural.
10. Odio perder o que se me dañen los libros.
11. Odio que se me duerma la mano en los examenes.
12. Odio oir la misma canción más de 3 veces seguidas.
13. Odio perder cualquier cosa, me monto un drama.
14. Odio llevar los pantalones minimamente altos.
15. Odio no poder coger las cartas de mi buzón como una persona normal porque no tengo llaves.
16. Odio el kiwi y otras frutas ácidas, cuanto más ácidas, más las odio.
17. Odio que se me cale el coche siempre en los momentos más inoportunos.
18. Odio la coca-cola y otros refrescos con tanto azúcar que raspan los dientes.
19. Odio que me pongan azúcar en el café, siempre ponen demasiado.
20. Odio encontrarme por casa insectos que no he visto en mi vida, ni siquiera en fotografías.
21. Odio las alturas, me tiembla el culo.
22. Odio el sol en exceso, el calor en general.
23. Odio meterme en agua aunque sea un poco fría, el contraste hasta que me acostumbro.
24. Odio no poder parar de contar los minutos cuando tengo que hacer algo importante.
25. Odio los barcos, odio navegar.
26. Odio a Bruce Springsteen. Mucho.
27. Odio tener algunas alergias.
28. Odio que ser zurda a veces sea una traba, aunque me siento orgullosa de serlo.
29. Odio que en los informativos prácticamente nunca se ven muertes por contener imagenes desagradables pero en cambio piensen que nos encanta ver a unos hijos de puta dar palazos a focas, por ejemplo.
30. Odio el sonido del despertador, cualquiera.
31. Odio lo rasposas que dejan las manos el lavavajillas.
32. Odio que se me arrugue la piel en remojo.
33. Odio no ser lo suficientemente pequeña como para caber en la mayoría de bañeras cómodamente.
34. Odio las películas de acción pura, no recuerdo ninguna que me convenza.
35. Odio el plan Boloña.
36. Odio llevar algo oscuro como camiseta y algo claro como pantalón o falda.
37. Odio no tener ni idea de calcular, sé que se entrena, pero no doy.
38. Odio que se me caiga la ceniza por todos lados.
39. Odio que la gente subraye los libros de la biblioteca, cada uno que haga lo que quiera con los suyos, aunque me parece una aberración igual, pero los públicos deberían de estar intactos.
40. Odio el olor de los autobuses.
41. Odio el límite de Megavideo.
42. Odio no saber correr, en realidad no saber respirar bien ergo ahogarme corriendo.
43. Odio a los vecinos que ponen Camela todos los putos días de tu existencia para despertarte por la mañana. Doy gracias a que ya no vivo en Mallorca.
44. Odio creer que un caramelo va a tener un relleno o va a ser algo especial y cuando te lo metes en la boca ves que es normal y corriente. Menuda decepción. Malditos envoltorios.
45. Odio la lana. Especialmente las mantas.
46. Odio ver un montón de agujeritos juntos. Me irrita.
47. Odio el hojaldre.
48. Odio que se me mueran las plantas.
49. Odio el queso ahumado. Y yo amo el queso.
50. Odio el perejil.
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