Peor que en Speed.

Llevábamos ya dos horas de autobuses pero muy contentos, esta vez la expedición más o menos fue fructífera, y allí nos encontrábamos.

Yo jugaba al Tekken, ya, me había desintoxicado del GTA para meterme en el Tekken, problema mío que fue yendo a peor en viajes que recordarán como "Santiago-Ourense-Zamora-Salamanca". Entre mi acompañante y yo íbamos pasándonos la consola hasta que empezábamos a marearnos y abandonábamos momentáneamente la PSP para contemplar el horizonte y hacer alguna que otra foto espontánea.
En Noia, en la estación, una vieja se metió dentro del autobús con el billete en la mano en la primera fija de asientos para que cuando el conductor subiera, automáticamente ella le entregase el billete, que el sujeto en cuestión era un capullo redomado. Me explico, la coña era que al conductor no le gusta ser conductor y le gusta más dar por culo a todos sus pasajeros si todo no es 100% como debiere ser, y reprendió a la vieja diciéndole que no le gustaba que nadie se metiese en su autobús cuando él no estaba presente. Bien, pues a todo esto le proseguió una comparación por parte del conductor en cuanto a que el autobús viene a ser su casa, y que no le gusta que desconocidos se le colasen dentro. (?) LOL generalizado porque la señora, como dije ya, tenia el billete en la mano y en primera fila esperándole, sentada porque ésta calzaba bastón.

Llegamos a Santiago de Compostela, y la señora vieja seguía en su primer asiento, toda feliz que ya llegábamos (40 minutos de viaje) y el autobús realiza un parada en su correspondiente destino. Lo que toca: algún que otro pasajero se apea. El problema llega cuando el autobús retoma su camino, y en pocos segundos la señora se levanta y le pide que pare. El autobusero se indigna, levanta la voz y le dice que, señora que qué dice que la parada era antes. (Lógico). La señora se pone hecha una furia y empieza a decirle que pare que es donde le para siempre y que le están esperando. Él le dice que no y que no, y que se espere a llegar a la estación de autobuses que es la siguiente parada (pero que está como a 2 kms de la anterior parada........)

Ahora viene lo bueno. La señora empieza a gritar en gallego (toda la conversación lo era, pero es que una bronca en gallego suena mucho peor que en cualquier otra lengua) y a decirle que la odia por lo que sucedió en Noia y que por favor que le pare en cualquier lado, él se niega y empieza ella a insultarle a lo bestia, cosa que él repite pero su copiloto autobusero le frena. La señora sigue ennervándose y una pasajera que se situaba tras nosotros se levanta y empieza a intentar calmar a la señora, que con todo su morro, al llegar a la estación de autobuses, después de que la pasajera llamase a los que estaban esperando a la vieja para decirles que la fuesen a recojer a la estación, finje desmayarse a ritmo de "ay mamá, ay mamá".

Conclusión: No quiero generalizar pero a los gallegos les gusta más montar en cólera que a un tonto un lápiz.


En el siguiente capítulo de "Gente que grita en gallego (y que por lo tanto, acojona bastante)" La chica de la autoescuela.